Estoy en O Grove, un pueblo hermoso en una isla/peninsula, pasandola muy bien.
Este pueblo de pescadores es lo que realmente necesitaba. Gente buena, un paraiso visual, mucha tranquilidad y mucha naturaleza.
Hoy tuve una llamada telefonica con una mala noticia, pero en el fondo es muy buena. Otra solucion iba ser regresar a lo mismo.
Camine por las playas de San Vicente y regrese antes del anochecer para tomar la bicicleta y hacer los 5 km hasta el ciber.
Mañana debo buscar un escaner en el pueblo y hacer un par de llamados.
No hay que temer a las sombras. Solo indican que en un lugar cercano resplandece luz.
Ruth Renkel
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